Música

En el siglo XXI, un salmista es mucho más que un director de alabanza. Es el que crea la atmósfera propicia para el mover del Espíritu Santo. Un salmista profetiza en canto, escucha música en su espíritu, la cual expresa mediante su instrumento musical; otras veces el Espíritu Santo le dirige a crear una atmósfera para sanidad o liberación.

El mejor adorador será siempre aquel que reconoce de donde lo saco el Señor y que sin él esta perdido, aquel que recuerda su pasado y sabe que sentarse a la mesa del Señor es un privilegio inmerecido. La mejor adoración siempre brotara de un corazón agradecido.